

Papantla: el debate de las ausencias disfrazadas de discurso
DÍA DE LA MARINA
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Papantla, Veracruz | A veces, los debates políticos no se ganan con ideas nuevas, sino con viejas mañas. Y a veces, los candidatos no buscan convencer, sino confundir. El reciente debate municipal en Papantla, organizado por el OPLE Veracruz, mostró un abanico de aspirantes a la presidencia municipal que, con honrosas excepciones, repitieron lo mismo que ha mantenido al municipio en la inmovilidad: diagnósticos conocidos, promesas recicladas y mucha retórica identitaria. Participaron cinco candidatos: Imelda Camacho Lárraga (PAN), Mariano Romero (MC), Crispín Carrión (PRI), Bonifacio Castillo (PT) y Gonzalo Flores Castellanos (Morena-PVEM).
Morena: el discurso del “segundo piso” sin cimientos
Gonzalo Flores, de Morena y el Verde, intentó posicionarse como el heredero legítimo de la 4T. Usó su formación académica, su tono sobrio y referencias constantes a AMLO, Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle. Habló de logros federales —como becas Benito Juárez o universidades del bienestar— pero nunca explicó qué ha hecho o qué hará como autoridad municipal. Negó que exista un problema de inseguridad en Papantla, afirmando que es solo “una percepción”. Para quien camina por las calles con miedo, eso suena más a insulto que a propuesta.
El punto más débil de su discurso fue la desconexión con la realidad local. Citar cifras nacionales o presumir amistades con voladores no resuelve el problema del drenaje, la inseguridad o los cobros desmedidos del predial. Su intervención fue de aparador, no de campo.
PAN y Movimiento Ciudadano: las voces de la inconformidad
Imelda Camacho (PAN) fue combativa, directa, y habló desde la indignación de una madre preocupada por sus hijos. Criticó el abandono en comunidades, denunció la corrupción de las últimas administraciones y prometió un gobierno humanista, con guarderías funcionales, apoyos reales para estudiantes y servicios básicos sin favoritismos. Aunque no aportó un plan financiero claro, fue la que mejor conectó emocionalmente con la audiencia.
Mariano Romero (MC), por su parte, jugó con la nostalgia. Exalcalde, habló de obras pasadas y de su amor por Papantla. Denunció los abusos de la policía, los cobros excesivos y la falta de atención ciudadana. A pesar de las críticas en su contra, defendió su historial con claridad. Su mayor virtud: conoce el terreno y sus deficiencias. Su talón de Aquiles: la sombra de su gestión anterior.
PT y PRI: entre el desencanto y la improvisación
Bonifacio Castillo (PT), quien fue alcalde hace casi tres décadas, volvió con un discurso folclórico y desordenado. Habló de la “Riviera Totonaca”, del kilómetro 47, de recuperar una universidad olvidada y de revivir un ayuntamiento de puertas abiertas. Su intervención fue más testimonial que operativa. Apeló al corazón rural, pero su falta de concreción lo deja fuera de la contienda real.
Crispín Carrión (PRI) es un empresario debutante en la política. Mostró sensibilidad social, habló de construir una clínica para mujeres, de combatir la desigualdad, de fortalecer el C5 para enfrentar la inseguridad. Pero sus intervenciones fueron más emocionales que técnicas. Mostró voluntad, pero no estrategia.
¿Quién ganó el debate?
Imelda Camacho (PAN) fue la ganadora en términos de claridad, conexión emocional y propuestas prácticas. Habló como ciudadana, no como operadora partidista. No citó a líderes nacionales, sino a las mujeres de Papantla. No negó la inseguridad, la enfrentó. En una elección municipal, eso puede hacer la diferencia.
Mariano Romero (MC) logró posicionarse con fuerza como el más conocedor del aparato público local, aunque con el peso de su pasado reciente.
Gonzalo Flores (Morena-PVEM) se sostuvo con discursos federales que, aunque bien estructurados, no resolvieron la gran pregunta: ¿por qué Papantla sigue igual?
Papantla, el municipio que perfuma al mundo, merece más que promesas enlatadas. Merece un gobierno que no hable del «segundo piso» cuando aún no se ha pavimentado la calle.