
Pánuco: continuidad, cambio y un debate con sabor a rendición de cuentas

DÍA DE LA MARINA
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Pánuco, Veracruz | En Veracruz Norte, donde la historia de cacicazgos y promesas incumplidas sigue pesando como una losa sobre la democracia, el municipio de Pánuco vivió uno de los debates más intensos y reveladores del actual proceso electoral. A diferencia de otros ejercicios donde la apatía fue la protagonista, aquí hubo confrontación, experiencia, juventud y, sobre todo, rendición de cuentas pública.
Cuatro candidaturas participaron:
* Octavia Ortega Arteaga, del Partido del Trabajo, con una amplia trayectoria política y experiencia administrativa.
* Mayra Anel Delgado Castillo, de la coalición Morena–Verde, actual funcionaria municipal y heredera del oficialismo.
* Roberto Mario Leal Gómez, de Movimiento Ciudadano, joven outsider que apuesta por la renovación.
* Benilde Hernández Gómez, del PAN, maestra jubilada y rostro ciudadano con formación académica sólida.
Entre la continuidad y el hastío
Mayra Delgado, la abanderada de Morena, jugó a favor del gobierno actual. Habló de “continuar la transformación”, de programas con nombre meloso como “Amor que Nutre” y de megaproyectos sustentables que suenan bien en papel, pero que —según los demás participantes— no han aterrizado. Su narrativa fue la del guion bien aprendido, pero sus respuestas enfrentaron críticas por autoritarismo, cobros excesivos a comerciantes y presuntas irregularidades en el manejo de recursos públicos.
Octavia Ortega, por su parte, se mostró como la política de experiencia que ha gestionado desde diputaciones hasta presidencias interinas. Su discurso fue directo, sin adornos: propuso ambulancias gratuitas, rehabilitación de casas de salud, creación de espacios tecnológicos para jóvenes y una Casa de la Mujer. Pero también lanzó dardos certeros contra la administración actual: obras fantasmas, despensas compradas fuera del municipio, y un uso electoral del programa “Amor que Nutre”.
El joven sin ataduras
Mario Leal, de Movimiento Ciudadano, sorprendió por su temple. Sin experiencia política, basó su narrativa en el trabajo honrado, la cercanía con la gente y proyectos de bajo costo pero alto impacto: comedores comunitarios, becas para madres de jóvenes con discapacidad, pozos profundos para combatir la salinidad del agua, y gestión de apoyo internacional para el asilo local. Sus intervenciones fueron frescas, concretas y carentes de pleitesía partidista.
Benilde Hernández, del PAN, representó el perfil ciudadano, alejado de las élites políticas. Con propuestas enfocadas en nutrición escolar, huertos medicinales, y apoyo a mujeres en situación de violencia, buscó conectar con la base popular. Sin embargo, su participación fue más emotiva que estructurada.
¿Quién ganó el debate?
Octavia Ortega demostró mayor conocimiento administrativo, experiencia real de gestión y control del debate. Supo responder con firmeza, contraatacar con datos y mantenerse en el terreno de las propuestas realizables. En un formato marcado por interrupciones técnicas y señalamientos personales, logró mostrarse como la más preparada.
Mario Leal, sin embargo, fue la revelación. Joven, claro y empático, conectó con una audiencia harta del reciclaje político. No ganó el debate en el sentido técnico, pero sí se posicionó como una opción fresca y viable.
Mayra Delgado defendió el oficialismo, pero las múltiples acusaciones —incluidas aquellas relacionadas con cobros abusivos y favoritismo— minaron su credibilidad.
Benilde Hernández aportó presencia ciudadana, pero no logró sobresalir frente a perfiles más agresivos y articulados.
El veredicto lo dará el pueblo
Pánuco enfrenta una elección entre lo conocido, lo nuevo y lo reciclado. Este debate fue una rara ventana a las motivaciones, debilidades y fortalezas de cada aspirante. No todos ganaron, pero sí todos quedaron expuestos. Y eso, en tiempos de simulación, ya es una pequeña victoria para la democracia.