Partidos políticos, la ilusión de democracia
Terminaron las campañas políticas, proceso importante dentro de una democracia y en algunos lugares donde se respetó el voto popular fueron elegidos funcionarios públicos que ocuparán sus cargos en unos meses y harán su mejor esfuerzo para servir a sus electores.
Sin embargo, a la luz de los resultados, queda la pregunta si de verdad tales funcionarios representan a la mayoría de los votantes.
Tomemos por ejemplo los resultados de la ciudad de Poza Rica. Según los reportes del INE1 de un total de 254,284 personas registradas en la Lista Nominal solo 66,367 emitieron su sufragio. Esto da como resultado una abstención de 74%.
Desde ahí ya notamos que cualquier ganador de la contienda no está representando a la mayoría, ya que solo votaron el 26% de las personas aptas para votar.
El ganador de las elecciones tuvo una votación de 30,981 personas, lo que equivale a un 12% del total nominal.
Es decir que el funcionario público más importante de esta ciudad fue elegido por 12 personas de cada 100 con capacidad de votar.
Por más que lo intento, no veo la representación en tales números.
Ahora bien, haciendo a un lado a la abstención, los números nos muestran lo mismo.
De acuerdo a los datos, el ganador obtuvo 30,981 votos de 66,367 contabilizados, lo que le confiere el 46.68% -redondeado a 47%- del total de votos emitidos.
Esto indica que el resto -53%- de los votantes NO VOTÓ por ese candidato, ya sea porque anuló su voto o fue nulificado por alguna falla o votó por otro candidato. En otras palabras, tampoco representa a la mayoría de los que acudieron a votar.
Resulta irónico que el sistema político que tenemos, denominado “democracia representativa”, en los números resulte diferente a su concepto.
La razón de esta incongruencia radica en la mala conducción del sistema parlamentario, que da origen a la creación de partidos políticos quienes se encargan de presentar candidatos para los puestos públicos sin tomar en cuenta a la población en general, sino, cuando mucho, a los miembros del partido mismo.
El exceso de partidos políticos redunda en una variedad de opciones que segmentan las votaciones, de tal manera que se pueden manipular para que el proceso se dirija hacia cierto resultado. Como en el ejemplo citado líneas arriba bastó un 12% del total nominal para asegurar la victoria sobre los demás. A esta situación se le ha llamado partidocracia.
La partidocracia es un término que se utiliza para designar el sistema de gobierno en el cual, aunque teóricamente se vive en democracia, los actores principales y únicos del panorama político son los grandes partidos políticos, que a base de un sistema de turnos se van pasando el gobierno de forma consecutiva, coartando las posibilidades de que los ciudadanos expresen su voluntad real más allá de los partidos ya existentes.
En otras palabras, lo que vivimos en este país es una democracia deformada, donde los partidos proponen a sus candidatos, hacen convenios para la alternancia del poder, se atacan sistemáticamente unos a otros sin daño alguno y solo ha servido para generar una clase de ciudadanos que sobresalen económicamente, propiciando la desigualdad.
Y para que quede claro, en la actualidad y en este país, los partidos políticos solamente son una ilusión de democracia.
Luciano García
Twitter: @Luciano__Garcia
Imágenes: voxpopuli.mx / deconceptos.com
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