

Platón Sánchez: el debate de las mujeres y los fantasmas del poder
DÍA DE LA MARINA
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La democracia tiene una virtud singular: permite que las diferencias se expongan, no se oculten. En Platón Sánchez, un municipio enclavado en la huasteca veracruzana, cuatro mujeres protagonizaron un debate que, más allá de los formalismos, reveló las tensiones y contrastes entre trayectorias, narrativas y estilos de liderazgo. Cuatro candidatas, cuatro visiones, y una ciudadanía que busca menos simulación y más respuestas.
Participaron:
- Elvia Inés Sánchez Cruz, de la coalición Morena–Verde.
- Margarita del Ángel Vera, del Partido del Trabajo.
- Griselda Hernández Hernández, del PAN.
- Denisse Sánchez Arguelles, de Movimiento Ciudadano.
Personalísima Taller Creativo
La continuidad con rostro morenista
Elvia Sánchez, con experiencia en el DIF y una estructura de respaldo sólido, se presentó como la heredera legítima de la “transformación” impulsada por Morena. Su discurso, aunque disciplinado, no evitó el guion de siempre: honestidad, vigilancia del gasto, comités ciudadanos y la consigna de que «Platón ya despertó». Pero su mayor carga fue la acusación implícita de ser la candidata oficialista de la continuidad, con todo lo que eso implica: poder, pero también hartazgo.
La maestra de las causas
Margarita del Ángel, del PT, ofreció un relato más orgánico. Habló desde su experiencia como docente rural y activista en comunidades marginadas. Propuso vigilancia ciudadana, seguridad pública, mejoras en salud y medio ambiente. Su tono fue firme, sin estridencias, pero con consistencia. No solo supo distinguirse del aparato oficialista, sino que también lanzó críticas directas a Elvia, acusándola de representar “la continuidad del abandono”. Fue, sin duda, la más política en el sentido clásico.
Acción Nacional: el discurso quebrado
Griselda Hernández intentó posicionarse como la voz ciudadana frente a la “casta política”. Su pasado en el DIF y su presente como empresaria local la respaldan. Sin embargo, el escándalo no vino por sus palabras, sino por sus chícharos. Repetidamente amonestada por recibir ayuda externa, terminó minando su propio discurso de honestidad y transparencia. No basta con predicar la legalidad, hay que practicarla —incluso en un debate.
Movimiento Ciudadano: la rebelde con causa
Denisse Sánchez fue la outsider de la contienda. Docente, madre, sin experiencia política, pero con discurso claro. Criticó a los gobiernos pasados, al nepotismo y a la simulación. Su mensaje fue sencillo: “no vengo con compromisos”. Pero también fue sorprendida leyendo en plena transmisión. El intento de ser la alternativa auténtica perdió fuerza cuando la producción del debate evidenció sus lecturas clandestinas.
¿Quién ganó el debate?
En términos de contenido, Margarita del Ángel Vera, del Partido del Trabajo, fue quien salió mejor posicionada. Con propuestas concretas, un discurso articulado y una trayectoria social comprobable, contrastó claramente con el oficialismo y mantuvo el tono de crítica sin caer en el espectáculo.
Elvia Sánchez sobrevivió al debate, lo cual, para quien encabeza encuestas y estructuras, puede ser suficiente. Griselda y Denisse, en cambio, se vieron debilitadas por faltas de forma que, en política, pesan tanto como el fondo.
Platón Sánchez no presenció una batalla de ideas revolucionarias. Pero sí un duelo de credibilidad. Y en tiempos de escepticismo, ganar credibilidad vale más que cualquier eslogan.