Primero calcinaban los cuerpos en el horno y después los enterraban cerca de Poza Rica…
Miguel Trujillo Herrera, integrante de Familiares en Búsqueda “María Herrera” y de la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos, se explaya en detalles al hablar de los restos humanos calcinados que halló el colectivo en un rancho de seis hectáreas cercano a Poza Rica, Veracruz.
“Después de realizar la Brigada en Culiacán (Sinaloa), en febrero de este año, las compañeras del colectivo nos llamaron a Mario (Vergara), Simón (Carranza) y a mí, para revisar un terreno donde la Fiscalía de Veracruz había exhumado seis cuerpos desmembrados; el primero de marzo llegamos a las 10 de la mañana y nos dijeron los de la Fiscalía que teníamos hasta las cuatro de la tarde para revisar seis hectáreas.
“Participamos unas 15 personas. Lo primero que encontramos fue un horno y alrededor cenizas. Adentrándonos en el rancho vimos ropas ensangrentadas, luego encontramos unas vértebras, después un cráneo de niño, y en un terreno de 30 por 30 metros ubicamos 22 puntos donde hay restos, todos calcinados, y había también una fosa vacía.
Por lo que se ve, primero calcinaban los cuerpos en el horno y después los enterraban. Encontramos placas del Estado de México y de Tamaulipas que corresponden a camionetas de 2013 y 2012, pero no tienen reporte de robo.
“Pregunté a vigilantes de otros ranchos cercanos, y lo que me dijeron es que eso está desde 2007, fue un dato muy valioso para nosotros porque al parecer ahí podrían estar mis hermanos Gustavo y Luis, desaparecidos en 2010”, apunta Miguel en una entrevista en la que estuvieron presentes su madre, María Herrera, y su hermano Juan Carlos, los tres dedicados a la organización de brigadas de búsqueda.
Asesorados por abogados del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) y el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), los Trujillo solicitaron que el rancho La Gallera, en el municipio de Tihuatlán (Veracruz), sea intervenido por la Procuraduría General de la República (PGR), que ha dado seguimiento a la desaparición de Gustavo y Luis, así como de Jesús Salvador y Raúl Trujillo Herrera, desaparecidos en 2008 en Guerrero.
Por lo pronto, para Juan Carlos uno de los objetivos de la operación de las brigadas de búsqueda ciudadana se ha cumplido, sobre todo en Veracruz: “Durante el gobierno de Javier Duarte se trataba de ocultar el problema, y los familiares de las víctimas tenían miedo al dinosaurio.
Cuando las familias de otros estados han acudido a las acciones de búsqueda, no faltó quien nos dijera que nunca habían increpado al gobernador como lo hicimos nosotros, que habíamos encuerado al gobierno de Veracruz y hasta nos alertaban, porque decían que nos iban a matar”.
Para Trujillo Herrera, un logro más de la Brigada Nacional de Búsqueda en Veracruz es que “desató búsquedas de restos en todo el estado, sin necesidad de que acudan familias de otras entidades, generando acciones iguales o más importantes que las obtenidas el año pasado”.
Al señalar que su red de familiares agrupa a 53 colectivos en todo el país, María Herrera Magdaleno apunta que lo que mueve a las familias a buscar a sus seres queridos es la constante “simulación” de las autoridades, y el mejor ejemplo, dice, es su caso, con cuatro hijos desaparecidos en dos entidades distintas.
“A nueve años el gobierno dice que está trabajando, y no tengo nada, y soy supuestamente de las personas que tiene la dicha de ser bien atendida. ¿Y de qué me ha servido todo esto? De nada, sigo con las manos vacías”.
Convencida de que a las autoridades de cualquier nivel “no les conviene buscar a los desaparecidos, ni vivos ni muertos, porque representan un alto costo político”, Herrera Magdaleno reconoce que la fortaleza de los familiares de los desaparecidos es que “los colectivos están buscando por todos lados a sus seres queridos, y en un momento dado pueden encontrar a los nuestros”.
María Herrera, conocida por increpar a Felipe Calderón y haber participado al lado de Javier Sicilia en las caravanas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), sostiene que las familias de miles de desaparecidos necesitan tener “lo que sea” de sus seres queridos, por lo que exigió al Estado mexicano que “si impidió que a los nuestros se les diera una muerte digna, lo mínimo que puede hacer es que nos ayuden a darles una sepultura digna, donde podamos ir a visitarlos y sentir paz, porque el dolor nos va a acompañar hasta el final de nuestros días”.
Más aún, subraya, “necesitamos que la sociedad nos ayude a presionar al gobierno, que nos entienda que lo que estamos haciendo sí es encontrar a nuestros hijos desaparecidos, pero también porque queremos parar esto. Que se vean en la situación en la que estamos nosotros y que nos apoyen, porque no queremos que haya más hogares con un familiar desaparecido”.
fuente: agencias